lunes, 17 de septiembre de 2012

Lo cotidiano me deslumbra.



Últimamente me llama mucho la atención cosas cotidianas, que pasan casi desapercibidas, me pongo a pensar quien será el director de la agencia de "diseño de repasadores" pienso como serán las charlas entre el diseñador y el director: "-pensé que seria buena idea ponerle cubiertos antiguos o unas naranjas cortadas a la mitad, vos que decís? -Genial! me parece fantástico! novedoso, mándalo a imprimir!" Lo cotidiano, eso que no llama la atención, lo que ya tenemos incorporado como normal, a mí me parece algo fantástico. Al igual que las herramientas y sus nombres híper creativos, pela papas, pisapapeles, encendedor, licuadora y así podría estar todo el día enumerando miles de artefactos que ya por su simple nombre quedan rotulados a esa función, porque no usar un pela papas para pelar una manzana? o un pisapapeles para romper una nuez? Obviamente yo hago eso, me cago en la función designada a cada cosa para darle una vida útil para otra, como un cuchillo de destornillador o de escarbadientes. Me fascina la cotidianeidad y todo lo que la compone. Otra de las cosas de esas que pasan día a día que me sorprende es la música, escucharla cuando estas mal y que te cambie el humor, si, ya se que es un cliché, o enamorarse por dos semanas de una canción y que esa canción te lleve a descubrir otra y así en un loop eterno, cerrar los ojos y sumergirse en la letra, vivirla en nuestra imaginación, interpretarla según nuestros recuerdos o fantasías, la música nos da la posibilidad de ser quien realmente queremos ser, eso que anhelamos, cantarla en voz baja o en la ducha o cuando estamos solos, es algo que no me deja de sorprender.

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